Lacan propone que los vínculos sociales deben ser pensados a través del discurso como la unidad de análisis. Para que exista un vínculo debe haber por lo menos dos términos en donde al menos uno se dirija al otro. El que toma la iniciativa se denomina “agente” que se puede considerar como “dominante”.
Según Lacan hay cuatro modalidades para ponerse en lugar del agente (cuatro formas de aproximarse al otro en el campo social. Estas tienen ver con las tres tareas imposibles para Freud:
1. Gobernar (S1)
2. Educar (S2)
3. Analizar (“a”) con una tarea que Lacan define como:
4. “hacerse desear” ($). A esto también lo llaman “hacer producir saber”
En la relación que tienen los términos se produce un resultado denominado: “producción” (es la incidencia del agente sobre el otro). La relación entre la verdad y la producción siempre exige un proceso de construcción o reconstrucción.
Cuando se le pregunta a un agente por lo que lo lleva a hacer lo que hace, es decir, su intencionalidad debemos suponer que existe una “verdad” que no necesariamente coincide con las razones que tiene la gente para interpelar al otro. Muchas veces esta es una verdad oculta incluso para el mismo agente
En los vínculos lo más difícil de develar siempre es la relación entre la verdad y la producción. Lo anterior, evidencia la necesidad de la ciencias sociales.
¿Qué se vincula con qué en un vínculo social?
Para responder esta pregunta es necesario entender que los seres humanos vivimos en un universo de símbolos o representaciones y es a través de ellas que nos relacionamos con los demás. Lo anterior, permitiría decir que el sujeto no “es” sino en la medida en que es representado y no hay otra posibilidad de “ser” distinta a esta. Lacan define al sujeto como “representado por un significante para otro significante”. El significante es también la materia con la cual esta hecho el vínculo social que incluye tales como la cultura, las experiencias de las personas, entre otros.
Hay dos implicaciones de que un cuerpo humano se vuelva un ser humano gracias al significante:
1. Los sujetos son seres que se dividen entre el significante y el significado.
2. La subjetividad humana no es una operación exacta sino que deja un residuo que va a funcionar como un referente fundamental para el deseo del sujeto.
El psicoanálisis encontraría elementos inconscientes en los significantes de tal forma que en las dinámicas sociales existan un desconocimiento de la verdad de los sujetos del inconsciente. Lo anterior se puede ver en los nombres en cuyos significados hay un universo de información.
El sujeto del inconsciente ($) es un efecto de la inclusión del humano en el lenguaje.
El “objeto a” es el residuo de la operación de construcción del sujeto. Es un residuo añorado por el sujeto al quedar por fuera de la dimensión significante en la que habita. Ejemplo de ello son las heces y el “plus de goce”. El goce opera como un principio desorganizador, por oposición al efecto de ordenamiento que implica la fundación del sujeto en el universo significante. Opera igual que la pulsión de muerte. El goce por definición es mortífero. Ejemplo de ello son las toxicomanías, cuadros psicosomáticos y algunas formas de anorexia y bulimia.
“un significante amo en el lugar de la gente del discurso, representa un sujeto del inconsciente que opera como verdad reprimida de el mismo, ante otro significante: el significante del saber que es la batería en la cual están organizados los demás significantes el producto de esta operación es un objeto que, por faltar, causa el deseo: el «objeto a»” (Carmona, Mejía y Bernal, 2005, p. 48-49).
Referencias:
Carmona, J., Mejía, M. P. & Bernal H. (2005). Psicología social y Psicoanálisis: Pichón con Lacan. Los grupos operativos a luz de los cuatro discursos. Medellín: Fundación Universitaria Luis Amigó.

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